domingo, 3 de junio de 2012

El Ankh-Ra-On de la respuesta.

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¿Y a qué vino eso de proyectar un "libro de relatos"?
Y ... el tiempo destilaba otras respiraciones hace 7 años, y otras muy distintas hace 15. Llegando al colmo del tweet, ojalá tweetering machine, resulta extrañísimo rever aquellos tiempos, aquellas respiraciones ... y lo digo sin nostalgia, con ánimo de captar cada diferencial ... proyectar un libro, una novela, una revista, un centro extitucional, una casa tratada, todo eso estaba emparentado a ese tiempo hiperventilado que empezó a extinguirse ... Y no tenía nada que ver con "la juventud" ... hoy "los jóvenes" son los que menos tiempo tienen, son los primeros en pasar a depender de las coordenadas de "la red". Coordinados y coordenados en sentido cartesiano, de ejes que asfixian la duración. Por eso en aquellas circunstancias tan ventiladas, con redes más flojas, cualquiera podía "proyectar un libro de relatos" ... como una modalidad del non-sense en realidad, de la desmesura o de la irresponsabilidad, que aquella temporalidad, y los intercambios que propiciaba, habilitaba para muchos: candor de sobra, géneros depuestos ("los géneros dejáselos a Armani", decíamos con un amigo), y había en eso un nivel de indiscernible entre escribir novela, libro de relatos, poesía, una revista, una perfo, un párrafo para una revista de arte o de poesía, una presentación de un libro. Era todo un gran fragmento de perfo continuada. Y lo es todavía, por lo menos entre quienes frecuento, lo que no quita que tienda a ser algo excepcional o al contrario muy preparado, o producido, cuando hace un tiempo atrás era parte de una fiesta sin tal. 

¿Y ahora?
"Ahora" es otra palabra que hay que remirar tranquilos, pero da la impresión de que abunda, más acá del arte o la poesía, el fragmento sin perfo, sin espontaneidad de lo fragmentario, sino a través de su vertiente de inercia o bien de preparación para la foto. Fragmentos atravesados de un functor perfórmata hacen algo, pero fragmentos porque sólo hay determinación por la mercadotecnia del fragmento, que es en realidad un ahorcamiento de la dilatación, es una monotonía disfrazada de pluralismo, que además no tenemos tiempo de hacer consistir en una miración. Siempre disfruté el stimmung de época, pero justo porque no es su generalidad o determinación, sino lo que hace que no te asfixie la época: su aire. Así que volver, tan tarde, sobre ¡Santas Incubaciones!, me despierta de la hipnosis por el presente y me deja respirar lo que sigue siendo actual: contrabandear un non-sense perfórmata al nivel de "los proyectos", o más bien proyectiles, ya que pretenden atravesar la coraza del fragmento muerto, que es tan dura como la de los grandes sistemas unitarios, y también muertos, por la misma causa, que es la del rechazo de la duración y de la energía espiritual que a veces reparte. Y esa gratuidad y esa energía también molestan. 

¿Cómo salió el primer relato, el segundo?
Y ... es que había mucho enfurtido al mero paneo, diferenciar claroconfusamente los géneros, curtir a la vez música, magia, ingestas, lectura y reunión, etc., había un "in medias res" constante: entrarle a todo de costado, por el medio, y la sensación, como en el surf mencionado por Deleuze, de que uno entra a un medio que ya está moviéndose, en relación al cual no hay ni esfuerzo ni "comienzo" ni "fin": el veraneo (no hablo de las vacaciones, y menos todavía de las pagas) ... lo que Guattari llama subplantar la producción social o artística por la producción de producción deseante ... "el arte no espera al hombre para aparecer" ... entonces el hombre indefectiblemente aparece siempre "in medias res" respecto al arte, a la literatura, respecto a la vida incluso: nadie nace cuando nace, etc. ... Llego a los relatos de esa misma manera, siempre saltando a un vagón en plena marcha, sin saber qué clase: turista, pullman ... vagón de encomiendas mejor, ya que es sin clase ... en última instancia si hay que refrenar algo es la glándula especialista de la clase que fuera, de la clase profesional sobre todo, y dilatar todas las glándulas imaginales y vírgenes, aún en la prosa.  

¿Hay un relato que hayas disfrutado más que otro, ya sea escribiéndolo, leyéndolo, corrigiéndolo?
En su momento todos los disfruté mucho. Era cuestión de vivir en el verano que no existe, ni existió, y en el que nunca se escribe porque sería trivial hacerlo. Esto implica que para mí escribir era, y es, una natación, una caminata, una serie de contemplaciones al paso. Entonces todos fueron asumidos desde allí y disfrutados desde ese verano ... en ballenera sobre una reposera y los delfines -que tampoco existen- saltando en altamar, nadie cerca, y a la vez todo saturado y repleto, en un vaciamiento como de tubo de ola. Y por ese tubo iba y escribía, pasándole el dedo. Y entonces por ahí sí, me quedan sabores muy deliciosos, como por ejemplo de "007 y Vero" y de "Umbanda-Jackson" ... yo estuve ahí. Pero ahora que pienso ... podría decirte casi lo mismo de mi manera de asaltar la poesía durante el mismo verano, que sigue ahora.   

¿Te vienen a la cabeza tres o cuatro autores que sean únicos para vos?
Casi sin pensarlo, a puro error: Deleuze en filosofía, Lezama Lima en literatura, Julian Cope en música (y los tres pueden ser a la vez músicos, filósofos, poetas, brujos, lo que les vibres, y tienen mucho para hacer vibrar). Una terna siempre provisoria desde ya, una Biblia portátil. Podría no hacer más que releerlos y reéscucharlos de aquí en más y no faltaría un sólo armónico de los que me arremangan. 

¿Vas a editar ¡Santas Incubaciones!?
Sí, calculo que por Allox Editorial, el sello de Juan Salzano y Lucio Arrilaga ... ellos también son bañeros ... y nos citamos en la misma playa. 

Fragmentos de una conversación mantenida con Nessie Ellen hace dos semanas en una terraza de Chacarita.